jueves, 10 de marzo de 2016

 
La última semana de clases en el Instituto se cerraba con la celebración, por segundo curso consecutivo, de una de las festividades más importantes del calendario romano, las SATURNALIA. Esta celebración la realizamos desde el Departamento de Lenguas Clásicas con los estudiantes de 4º ESO, 1º Bachillerato Humanidades y 2º Bachillerato Humanidades.
            Los estudiantes prepararon un banquete al estilo grecorromano con recetas rescatadas de la cocina griega y romana. Antes de degustar los deliciosos platos preparados por ellos, se realizó una breve dramatización tomando como hilo argumental la celebración de la Saturnalia con la llegada del dios Saturno. Sin embargo, en vista de que el dios se retrasaba por un incidente en la Via Argentaria o Platensis, y ante la llegada de multitud de divinidades, prestas a erigirse como “presidentes” de la fiesta, hubo que realizar un mitin colectivo al que acudieron las divinidades con sus pancartas prometiendo las dádivas que otorgarían en caso de ser elegidas como “patronas” de la fiesta. Hay que resaltar que todas fueron muy generosas en sus promesas, pero ante algunas de ellas, el público se mostraba escéptico. Finalmente, el dios Saturno apareció y todo acabó en una gran bacanal humana y divina para regocijo del público.

 Los actores fueron magníficos y el público atento y respetuoso, lográndose un éxito en la representación.
            Vamos a resumir en qué consistián estas celebraciones en Roma:

            Las Saturnalia eran unas fiestas en honor a Saturno, en un principio, dios de la agricultura y las cosechas. Con el tiempo fue equiparado a la divinidad griega Crono, dios del tiempo.
            Esta celebración duraba sólo un día, el 17 de Diciembre, pero posteriormente se prolongó del 17 al 23 de mes citado.
            Esta fiesta rememoraba la Edad de Oro de la Humanidad en la que Saturno gobernaba y en la que no existían las diferencias sociales, el sustento no se ganaba con el trabajo, reinaba la paz y siempre había comida.
            Al igual que se hace en nuestra era, el año se cerraba con unas festividades de alegría, paz y felicidad, pues estas conmemoraciones festejaban el fin del año y el comienzo de otro nuevo.
            Las celebraciones se abrían cortando la cinta de lana que sujetaba al dios durante todo el año para que no huyera de la ciudad. A continuación, se celebraba un sacrificio en su honor en el templo que tenía ubicado en el Foro y se continuaba con un banquete público al que podía asistir todo el pueblo.

            Para poder participar de las conmemoraciones, las actividades de la ciudad se paralizaban. Se cerraban los comercios, las escuelas, los tribunales, se otorgaba la libertad a los presos y se suspendían las ejecuciones de los condenados a muerte.
            Para que reinara la felicidad entre los ciudadanos se llevaban a cabo sorteos de lotería y la gente deambulaba por la calle, permitiéndoseles jugar y apostar en público. A su vez, podían asistir en el anfiteatro a combates de gladiadores. El vino y las comidas abundantes caracterizaban a esta semana festiva. La gente vestía con sus mejores galas para asistir a los banquetes, dejaban de lado sus togas cotidianas para ataviarse con los trajes festivos (synthesis). Los esclavos coronaban sus cabezas con unos gorros llamados pileus, símbolo de libertad.
            En el núcleo familiar, las celebraciones eran más relajadas, pues se intercambiaban regalos; a los hijos se les regalaban muñecos de barro (sigilla) y a los amigos velas (cerei). Durante estos días las familias se reunían y comían todas juntas, principalmente un dulce de miel y frutos secos que llevaba un obsequio en su interior (haba seca), el que lo encontraba era coronado como princeps Saturnalicius y sus órdenes debían de ser cumplidas.
            Como los esclavos formaban parte de la casa, también disfrutaban de la festividad; eran liberados de sus tareas cotidianas y se intercambiaban los roles sociales, pues los esclavos eran servidos por sus amos, e incluso podían injuriarlos, sin ser castigados. También se les permitía desempeñar cargos del Estado.
            Se sabe que en el segundo día de las Saturnalia se llevaba a cabo un carnaval que sería el preludio de nuestros carnavales.
 La fiesta finalizaba el 23 de diciembre tras seis días de banquetes, de regalos y de inversión del estatus social. Resulta difícil no ver reminiscencias de la fiesta pagana en la celebración de la Navidad:
-  Reuniones familiares con abundante comida y bebida.
-- Intercambio de regalos.
-- Sorteo de lotería.
-- Consumo de un dulce con un haba seca en su interior, el que la descubre tendrá buena suerte y se cumplirá su voluntad.

 - Uso de vestimenta más lujosa. 

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