La última semana de clases en el Instituto se cerraba con la
celebración, por segundo curso consecutivo, de una de las festividades más
importantes del calendario romano, las SATURNALIA. Esta celebración la
realizamos desde el Departamento de Lenguas Clásicas con los estudiantes de 4º
ESO, 1º Bachillerato Humanidades y 2º Bachillerato Humanidades.
Los estudiantes
prepararon un banquete al estilo grecorromano con recetas rescatadas de la
cocina griega y romana. Antes de degustar los deliciosos platos preparados por
ellos, se realizó una breve dramatización tomando como hilo argumental la
celebración de la Saturnalia con la llegada del dios Saturno. Sin embargo, en
vista de que el dios se retrasaba por un incidente en la Via Argentaria o Platensis, y ante la llegada de multitud de
divinidades, prestas a erigirse como “presidentes” de la fiesta, hubo que
realizar un mitin colectivo al que acudieron las divinidades con sus pancartas
prometiendo las dádivas que otorgarían en caso de ser elegidas como “patronas”
de la fiesta. Hay que resaltar que todas fueron muy generosas en sus promesas,
pero ante algunas de ellas, el público se mostraba escéptico. Finalmente, el
dios Saturno apareció y todo acabó en una gran bacanal humana y divina para
regocijo del público.
Los actores
fueron magníficos y el público atento y respetuoso, lográndose un éxito en la
representación.
Vamos a resumir
en qué consistián estas celebraciones en Roma:
Las Saturnalia
eran unas fiestas en honor a Saturno, en un principio, dios de la agricultura y
las cosechas. Con el tiempo fue equiparado a la divinidad griega Crono, dios
del tiempo.
Esta celebración
duraba sólo un día, el 17 de Diciembre, pero posteriormente se prolongó del 17
al 23 de mes citado.
Esta fiesta
rememoraba la Edad de Oro de la Humanidad en la que Saturno gobernaba y en la
que no existían las diferencias sociales, el sustento no se ganaba con el
trabajo, reinaba la paz y siempre había comida.
Al igual que se
hace en nuestra era, el año se cerraba con unas festividades de alegría, paz y
felicidad, pues estas conmemoraciones festejaban el fin del año y el comienzo
de otro nuevo.
Las celebraciones
se abrían cortando la cinta de lana que sujetaba al dios durante todo el año
para que no huyera de la ciudad. A continuación, se celebraba un sacrificio en
su honor en el templo que tenía ubicado en el Foro y se continuaba con un
banquete público al que podía asistir todo el pueblo.
Para poder
participar de las conmemoraciones, las actividades de la ciudad se paralizaban.
Se cerraban los comercios, las escuelas, los tribunales, se otorgaba la
libertad a los presos y se suspendían las ejecuciones de los condenados a
muerte.
Para que reinara
la felicidad entre los ciudadanos se llevaban a cabo sorteos de lotería y la
gente deambulaba por la calle, permitiéndoseles jugar y apostar en público. A
su vez, podían asistir en el anfiteatro a combates de gladiadores. El vino y
las comidas abundantes caracterizaban a esta semana festiva. La gente vestía
con sus mejores galas para asistir a los banquetes, dejaban de lado sus togas
cotidianas para ataviarse con los trajes festivos (synthesis). Los esclavos
coronaban sus cabezas con unos gorros llamados pileus, símbolo de libertad.
En el núcleo familiar, las celebraciones eran más
relajadas, pues se intercambiaban regalos; a los hijos se les regalaban muñecos
de barro (sigilla) y a los amigos
velas (cerei). Durante estos días las
familias se reunían y comían todas juntas, principalmente un dulce de miel y
frutos secos que llevaba un obsequio en su interior (haba seca), el que lo
encontraba era coronado como princeps
Saturnalicius y sus órdenes debían de ser cumplidas.
Como los esclavos
formaban parte de la casa, también disfrutaban de la festividad; eran liberados
de sus tareas cotidianas y se intercambiaban los roles sociales, pues los
esclavos eran servidos por sus amos, e incluso podían injuriarlos, sin ser
castigados. También se les permitía desempeñar cargos del Estado.
Se sabe que en el
segundo día de las Saturnalia se llevaba a cabo un carnaval que sería el
preludio de nuestros carnavales.
La fiesta finalizaba el 23
de diciembre tras seis días de banquetes, de regalos y de inversión del estatus
social. Resulta difícil no ver reminiscencias de la fiesta pagana en la celebración
de la Navidad:
-
Reuniones familiares con
abundante comida y bebida.
-- Intercambio de regalos.
-- Sorteo de lotería.
-- Consumo de un dulce con un haba seca en su interior, el que la
descubre tendrá buena suerte y se cumplirá su voluntad.
- Uso de vestimenta más
lujosa.
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